Pocas veces pero con gran intensidad sería una respuesta a la pregunta de esta entrada. Intensos, excitantes, saben aprovechar las pocas ocasiones que tienen para hacer el amor y eso los convierte en personas muy fogosas. A pesar del atrevimiento en esta entrada y mi poca experiencia en el tema diré que no todas las sociedades se comportan igual cuando hacen el amor. La manera de sentirlo y exteriorizarlo cambia totalmente en base a causas culturales. Lejos de toda crítica y sin ánimo de globalizar es cierto que la sociedad nipona sufre un importante desbarajuste con el sexo, a veces contradictorio incluso para ellos. Quiero anunciar antes que nada que el texto que se describe a continuación es tan sólo un reflejo de mis conocimientos y vivencias, algo así como un intermediario entre mis pensamientos y vosotros los lectores. Aclararé también que llevo tres semanas hablando e investigando el tema (haciendo encuestas) a través de amigos nativos nipones (que en cualquier caso tampoco es 100% fiable).
Los japoneses carecen de educación sexual, es un hecho. Sería una locura pensar que un vínculo cercano de la familia pudiera servir como apoyo en cuestiones y dudas sexuales, y se bastan de la evidencia del márketing sexual para dar por echo que el tabú sexual familiar se ve compensado por este tipo de información. Esta sociedad donde el sexo es tan natural y tan tabú al mismo tiempo hace que uno acabe confundido sin saber cómo interpretarlo; por todos lados te venden sexo, carteles, propaganda porno en el buzón… (sí sí… habéis leído bien…) Y más cosas… como hoteles del amor, burusera, salones rosa, enjo kosai y un sinfin de cosas más… Y ahora decidme, ¿cómo es posible que te pueden meter en la cárcel por tocarle el culo a una chica en el tren? (y más siendo un gaijin). Esto es real por culpa de los salidos de turno, los llamados Chikan (痴漢) que se dedican a acosar a las mujeres en los vagones. Actualmente está seriamente penado, pero aún así sigue habiendo acosadores furtivos. No está bien practicar ese hábito pero castigar de forma tan severa a la gente no soluciona la raíz del problema. Otra solución aún en vigor consiste en habilitar vagones única y exclusivamente para mujeres en algunas estaciones:

